La gestión del agua se enfrenta a uno de los mayores desafíos en las próximas décadas: garantizar la seguridad hídrica en un escenario marcado por el aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos extremos. Y actuar a tiempo, anticipando riesgos y reforzando las infraestructuras, se ha convertido en una prioridad para proteger a las personas y los territorios.
Con esta premisa, Madrid ha acogido una nueva edición de Future4Water 2025, el encuentro impulsado por el medio especializado RETEMA que se ha consolidado como uno de los foros de referencia para debatir sobre el futuro de la gestión hídrica en España. La cita ha reunido a representantes institucionales, responsables públicos y directivos de empresas líderes para analizar los grandes retos del sector: la digitalización, la economía circular, la sostenibilidad económica y la adaptación al cambio climático.
En este marco, Jose Claramonte, director general de Facsa, ha participado en un interesante diálogo enmarcado en el bloque sobre Planificación, inversión y sostenibilidad económica, donde ha subrayado que la creciente frecuencia de sequías e inundaciones exige pasar de un modelo reactivo a uno preventivo. “Es muy llamativo el coste que tiene la reparación de los daños que generan los eventos climáticos extremos: en Europa la tendencia es al alza. ¿Por qué no empezamos a planificar estas infraestructuras incluyendo el riesgo climático?”, ha planteado Claramonte.
El director general de Facsa ha defendido la necesidad de reforzar las infraestructuras hidráulicas y acelerar la inversión en adaptación, recordando que la inacción frente a los riesgos climáticos puede tener un fuerte impacto económico y social, tal y como refleja el segundo estudio que la compañía acaba de lanzar y que esta vez se centra en el impacto de los extremos climáticos en los recursos hídricos.
Durante su intervención, ha destacado tres pilares clave para fortalecer la resiliencia hídrica: la tecnología, la gobernanza y las soluciones basadas en la naturaleza. La digitalización, ha apuntado, permite anticipar escenarios de riesgo y optimizar la gestión; una gobernanza sólida es esencial para integrar el cambio climático en la planificación; y la naturaleza es una aliada en la mitigación, a través de la restauración de ecosistemas o la recarga de acuíferos.
Con su participación en Future4Water 2025, Facsa reafirma su compromiso con una gestión del agua innovadora, sostenible y resiliente, capaz de responder a los desafíos del cambio climático y garantizar la seguridad hídrica de las próximas generaciones.
